No te dejes llevar por las prisas y la emoción, trata de racionalizar las compras.
No compres cualquier cosa porque esté barata, a pesar de que no la necesites ni la vayas a usar.
Haz una lista de las cosas que te quieres comprar o que puedes necesitar.
Revisa tu armario antes de salir de compras para asegurarte de que no compras algo parecido a lo que ya tienes y que habías olvidado.
Aprovecha, si quieres darte un capricho, para comprar aquello que estaba caro y no querías o no podías pagar.
Si andas justo de “pasta” lleva lo que puedas gastarte y procura salir sin tarjetas, aún a riesgo de quedarte sin algún chollo.
Procura comprar productos que se pueden usar en cualquier temporada: vaqueros, ropa interior, accesorios o complementos.
Piensa que la temporada se acaba, no compres algo porque estaba de moda, tal vez no se lleve la próxima temporada.
Aprovecha para comprar básicos para tu fondo de armario.
Si no te gustan los agobios de gente, puedes aprovechar las segundas rebajas para comprar con más tranquilidad, pero no olvides que siempre habrá menos cosas para elegir.
Guarda siempre los tickets, los necesitarás para cambios, devoluciones o reclamaciones. La garantía es la misma que en tus compras de temporada.
Si se vulneran tus derechos o se infringen las normas, recuerda que puedes hacer tu queja al personal de la tienda y que, además, puedes exigir el libro de reclamaciones. Si fuera necesario, acude a una oficina del consumidor.